Hacía ya muchos meses que no lo veía. Pero no le importo, lo seguía queriendo igual. Sus amigos le decían que no debían confiar en él, que seguro que ya había encontrado otro amor. Pero no ella no lo quería admitir.

"Voy a regresar pronto", fueron sus palabras. Ella le creía, pero a la vez pensaba que no debía ilusionarse.

"Eres fea, no sé cómo puedes pensar que se fijaría de verdad en ti", le dijo su compañera de trabajo, como siempre bajándole el ánimo a la pelinegra.

"No, yo sé que volverá", pensaba.

Pasaron meses y meses, pero todavía permanecía esa esperanza de que llegara, le diera un fuerte abrazo y un beso en la frente mientras le decía "Ya  estoy aquí, no te preocupes".

Pero sus esperanzas se espumaban cuando llegaba la noche y no estaba él.

Todos los días iba a la entrada principal de Konoha, para ver si llegaba su gran amor, pero nada. Y así pasaba el tiempo, pero sin rastros de él.

Un día Tsunade la mando a llamar... "¿que habrá pasado ahora?... Seguramente para mandarme de nuevo a una misión", pensó desbastada.

Al llegar a la oficina de la Hokage, toco la puerta.

-Pasen- Contesto una mujer del otro lado.

Al abrir la puerta encontró a Tsunade con una  cara seria, más de lo normal..

-¿Que sucede?- Pregunto la chica

-Te quería decir que llegaron buenas noticias hace unas 2 o 3 horas- dijo tsunade mostrándole una sonrisa tranquilizadora.

-¿Que Paso? - Pregunto desesperada, pensando que invadirían Konoha.

-Él vuelve hoy.... Pienso que debe estar llegando a la entrada...-dijo tsunade-

-...-

- ¿Akane? ¿Te encuentras bien?-

En ese momento la pelinegra salió de la habitación. Corría lo más rápido que podía.

Por cosas del destino o pura casualidad, empezó a llover.

Solo faltaban pocos metros para llegar a la entrada. Comenzó a notar una silueta que caminaba a su dirección. Su respiración empezaba a volverse más agitada, porque empezó a correr cada vez más rápido. La sombra de esa persona se hacía cada vez más clara. Hasta que logro distinguirla.

Paro en seco.  Sus ojos se encontraron después de dos años. Las lágrimas se hicieron presentes.

Parado frente a ella estaba él.

La persona que había estado esperando desde tanto tiempo.

Esa presencia que necesitaba tanto.

La persona que más amaba en el mundo...

-¡¡¡¡¡Itachi!!!!!!- dijo la pelinegra, a la vez que retomaba su carrera...

El AMBU, se quitó la máscara y la dejo caer al suelo, para acción seguida abrazar a su querida flor.

-Akane…- fue lo único que se escuchó de los labios del chico.

Los dos derramaban lagrimas.

No les importaba estar mojándose por la lluvia.

No les importaba el frio que empezó a recorrer en sus cuerpos.

Solo les importaba que por fin estuvieran juntos...

-Te extrañe…- pudo articular por fin la chica después de unos minutos.

-Yo también te extrañe mi princesa- dijo el chico- No te preocupes, ya estoy aquí - termino la frase para después plantarle un dulce beso en los labios a su amada.